11 de abril de 2011

Inclúyete Éste!!!


El facebook y el twitter han sido el canal más concurrido por todos aquellos “picones” que no soportan la idea de tener como presidente a Ollanta Humala. Hoy no hablaré de keiko porque ella, casi es un hecho, pasará a segunda vuelta con su 23% fijo que siempre tuvo y que es el público fiel al Fujimorismo.  No obstante, no podemos negar que los resultados electorales han mostrado el alter ego picón, racista e intolerante que muchos demócratas pretenden justificar.


Es fácil ser democrático cuando un candidato de derecha lidera las encuestas. Es fácil ser democrático cuando un gringo o un ex alumno de Yale son nuestras mejores cartas para los próximos  cinco años de gobierno. Es fácil ser democrático cuando vamos a universidades particulares, cuando nos movilizamos en taxis o autos particulares, cuando comemos en fast food y nos vestimos en grandes tiendas por departamento.


Ayer fue la fiesta electoral de todas aquellas personas que tratamos de esconder día a día y que, sin darnos cuenta, hoy son mucho más número que los que nos damos el lujo de vivir una vida holgada. Cuando Perú fue sede del APEC y del ALC-UE se lanzaron ordenanzas en San Isidro, Miraflores, Surco y otros distritos que prohibían la mendicidad callejera. Era claro, nuestros gobernantes no querían que los visitantes extranjeros se ganen con toda la pobreza que deambula por las calles pitucas de nuestra ciudad.


San Isidro es el nuevo Centro de Lima y nuestras mayores preocupaciones se reducen al tráfico causado por miles de autos y el gasto excesivo en el Metropolitano, obra que únicamente soluciona el problema de tráfico de los que vivimos dentro de la urbe. Ello nos debería llevar a la reflexión  de cuántos somos los demócratas que queremos un gobierno liberal, donde la empresa sea la que marque nuestra economía y donde nuestro Presidente se preocupe por favorecer ese mercado en el que intercambiamos bienes y servicios. Bajo ese contexto podemos sacar lo siguiente respecto a Lima:


·         San Isidro tiene 68.438 habitantes.
·         La Población total de Lima es de 8 millones y medio de personas, de las cuales sólo votan aproximadamente 5 millones y medio de votos.
·         Únicamente 3 millones y medio de personas tienen un trabajo en Lima, lo que hace que más de 5 millones se encuentren desempleados.
·         De esos 3 millones de votantes que tienen un trabajo (no necesariamente digno) se dividen los que votan por Ollanta, Keiko, PPK, Toledo y otros (Castañeda es un perdedor, mejor lo ponemos al lado de Pinazo, Reiner y Noriega)
·         Perú tiene 28 millones de habitantes y casi 20 millones de ellos son los que están aptos para el voto democrático.  De esos 20 millones quitamos los 3 millones que tienen un trabajo (insisto, no necesariamente digno) y nos quedan 17 millones de inconformes, olvidados y con una calidad de vida no acorde con sus expectativas.

Datos obtenidos de la página del Instituto Nacional de Estadística e Informática www.inei.gob.pe


Esos datos son los que han llevado a Humala a la Primera Vuelta, todos hablan de una política de Inclusión Social, pero cómo podemos hablar de ello si sólo en Lima existen 700 mil personas que no tienen agua potable. No existe Política de Inclusión Social cuando la población rural tiene que comprar agua a un valor de 7 veces el precio normal, proveniente de cisternas y bajo condiciones higiénicas deplorables.


La inclusión Social no es concebible cuando el Sueldo Mínimo no alcanza para cubrir las necesidades básicas de una familia de escasos recursos. No existe tal concepto cuando, de la mano con la mejora de calidad de vida, no se emprenden programas de planificación familiar y mejora de la educación en sectores rurales. No existe Inclusión Social cuando únicamente se refaccionan y modernizan las Grandes Unidades Escolares, dejando fuera de la modernidad al Colegio de ese pueblito de 500 habitantes donde los niños tienen que acudir caminando previamente 3 horas. No hay Inclusión Social cuando ese colegio no tiene siquiera un profesor titular a tiempo completo.


No existe Inclusión Social cuando a una ama de casa de un asentamiento humano lee en los periódicos que Camisea es el gran logro de Toledo y ella sigue pagando 35 soles por un balón de gas que le dura tres semanas. Las amas de casa no confían en la Inclusión Social cuando el pollo les cuesta 10 soles el kilo o cuando un nuevo sol solo les alcanza para comprar cinco panes y no diez como en el gobierno de Fujimori.


Las amas de casa no entienden nada de los precios internacionales de los alimentos, ellas se alteran cuando los 10 soles diarios que tienen para alimentar a toda su familia cada vez les dura menos. Las amas de casa odian a las mineras que ganan millones con sus negociados, mientras sus esposos ganan el sueldo mínimo extrayendo minerales.


Mientras tanto, en Lima, Castañeda juega a ser Presidente y considera que el único beneficio de su campaña ha sido el acercamiento de sus hijos. Como cereza del pastel me atrevería a decir que ese candidato es mas bruto que el Chavo del 8, ha invertido cerca de 5 millones de soles en su campaña para reforzar su relación con sus hijos………..!!!La puta madre Castañeda, mejor sacabas consulta con Mariano Querol y te salía más barato……….nos hubiese salido más barato a todo el Perú!!!  


En qué momento de momento se jodió el Perú  se preguntan algunos. El Perú estuvo jodido cuando esos ignorados (al que cojudamente llamamos IGNORANTES) tomaban agua del camión cisterna que pasa por sus casas semanalmente, mientras nosotros tomamos Coca Cola Diet. El Perú se jodió cuando nos preocupamos de los millones que nos traerá PPK como inversión por cada año y no nos preocupamos si en su plan de gobierno hay algún punto que ofrezca el 100% de agua potable para el Perú.  El Perú se jodió cuando 5 millones de limeños sin trabajo han sobrevivido a 3 gobiernos liberales, de derecha, sin un trabajo digno, sin educación y sin oportunidades.


La culpa de Humala en Primera Vuelta no la tiene Toledo o PPK, ni siquiera el tetudo de Castañeda. La culpa la tenemos esa fracción de los 3 millones de votantes que tenemos trabajo y solo nos preocupamos de mejorar nosotros solos. La culpa la tenemos cuando nuestra única preocupación es que se respete aquella inversión extranjera y nacional que consume nuestros sueldos y que nos da a cambio ropa, diversión, comodidades y lujos.


La culpa la tenemos todos los que pensamos que la Inclusión Social significa esconder a los parientes feos en las zonas rurales, para que nuestros parientes ricos (extranjeros) no los vean y apuesten por nosotros. 
Como diría mi tio Hurtador Miller : “Qué Dios nos Ayude”

1 comentario: