23 de mayo de 2011

El Precio de la Información



Es inevitable no tener una conversación sobre política a dos semanas de la segunda vuelta electoral que nos llevará a votar por un candidato que, 60% de los votantes, no queremos. Esta disyuntiva es más complicada de lo que aparentemente muchos han vislumbrado; es sencillo decir “votaremos por el sida o el cáncer”, pero las actuales elecciones son, a mi parecer, más serias que un aparente callejón sin salida que nos deja de tarea la elección del mal menor.

Yo tengo mi voto decidido y, probablemente, es predecible al leer algunos post anteriores. Sin embargo, ello no enerva que en mi cabeza exista más de un cuestionamiento a las campañas presentadas en las últimas semanas.  Hasta hace poco mi voto estaba ya elegido, incluso, con cierta convicción –creo que más era resignación -  pero los últimos acontecimientos no hacen más que hacerme sentir culpable por un voto, que pareciendo libre, ahora más parece cómplice de los ingratos recuerdos que nos dejaron los noventa.

No acababa de entender por qué Frecuencia Latina, América Tv, Canal N y Perú 21 atacan tanto a Humala hasta que me puse a reflexionar una pastrula, pero a mi criterio consecuente explicación: El Fujimorismo tiene muchísimos errores, entre algunos de ellos está el manejo de la prensa. Hemos sido testigos casi cinéfilos de los videos en los que Montesinos compraba los canales de televisión como si estuviera en un supermercado de portadas periodísticas. Laura Bosso y Magaly se encargaron de idiotizarnos y mantenernos contentos con mujeres peleando y Malú Costa perdiendo su arete en el auto de Aldo Olcese.

Esa es la Libertad de Expresión que quieren los medios de comunicación. Para ellos creo que el panorama está más que claro, gane Ollanta o gane Keiko se jodieron, porque se verán obligados a vivir bajo el control y la intervención directa; pero claro, es obvio que Ollanta representa esa posibilidad autoritaria y chavista que entra a un canal de televisión, lo convierte en propiedad estatal, expulsa a sus dueños y lo pone al servicio del Estado. Al otro lado del panorama, Keiko intervendrá igualmente cada medio de comunicación, pero no para que transmitan el “Alo Keiko”, sino que dejará algunos millones para que cada dueño pueda llenarnos de Lauras Bossos, Magalys, Mariteres y demás basura.

El efecto será siempre el mismo: perder la independencia del poder más importante de un país – LA INFORMACIÓN - , pero en el escenario fujimorista la rentabilidad es algo más que atractivo. Los programas ya no necesitarán competir por raiting, sino competirán por aquel que emita más basura en horario Prime Time. El escenario es el más propicio, tenemos mil grupos de cumbia, 500 vedettes, 200 jugadores de futbol, mujeres maltratadas y algunos proyectos de Lauras Bossos.

¿Por quién votar entonces? Depende del nivel de tolerancia a lo aberrante de cada candidato. Si no te molesta tener a un presidente golpista, con ideas radicales (hoy camufladas) y sin un plan de gobierno constante, cuya economía se basa en un paternalismo que se financia con tu bolsillo y con un grupo parlamentario lleno de delincuentes y narcotraficantes entonces vota por Ollanta. Si toleras la corrupción, el manejo de los medios de comunicación y los mismos fujimoristas parásitos, a cambio de mayor seguridad y una economía dinámica, entonces vota por Keiko.

Si te llega al huevereque todo lo anterior………..el blanco es tu mejor opción.  


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